Formas distintas de interpretar, de percibir un mismo proyecto fotográfico. Como bien dice Marcia Chumy, el
espectador interpreta la fotografía desde su experiencia interna y proyectando
en muchas ocasiones conflictos, carencias psicológicas, o recuerdos de
experiencias positivas que lo marcaron.
Aunque en Hunting Shadows se nos
cuenta una historia menor (la de un cazador y sus perros), lo importante es que
magistral y paralelamente se consigue crear una atmósfera narrativa tan
sugerente y sobrecogedora que hace trascender a dicha historia, yendo mucho más
allá (infinitamente más) de lo que es su simple relato. Este proyecto no es una
obra de reflexión universal sobre los pros o los contras de la caza realizada
con galgos. No es un alegato animalista. No es ése su interés. No se desea
juzgar.
Pero, atención, por otro lado la
historia no evita en lo más mínimo la dureza: sangre, muerte, dolor y brutal
esfuerzo físico no son obviados. Tampoco se realiza una alabanza ni una
celebración de este tipo de prácticas. González no hace un héroe del cazador. No
hace una apología mítica de los valores rurales y ancestrales como fórmula,
como pasaporte para la justificación universal de esas prácticas. Ni una cosa
ni la otra.
Lo más importante de este ensayo
fotográfico es conseguir la traslación emocional del espectador al imaginario
mental (lleno de misteriosas y turbadoras escenas) que el propio autor tiene a
priori en la cabeza cuando se plantea contarnos una historia.
Texto: Jesús Micó.
Bueno...esa asepsia moral sobre la caza no deja de ser un
enunciado lleno de deseos imposibles...como si la fuerza de las imágenes
estuviera más allá de su contenido, de su descripción espacio-temporal. El sólo
hecho de presentar el acto banal de la caza, como si de un registro documental
de alta trascendencia se tratase, ya ponen las fotos en su lugar. Donde no hay
denuncia, hay fascinación.
Si hay algún arte aquí por parte del fotógrafo es la invención de una historia
épica a partir de hechos ordinarios, la representación subliminada de
costumbres decadentes, el uso manipulativo de la fotografía para representar lo
inexistente en el terreno de lo imaginario. Y eso es toda una toma de postura,
faltaría más.
Texto: Jose Mari
Todos hacemos propaganda de nuestra forma de ver el mundo.
La neutralidad no existe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario