¡Bienvenidos!

LA FOTOGRAFÍA,

el arte de dibujar con la luz, es un ejercicio de observación y el resultado un golpe de suerte. Una buena foto la hace cualquier maquina; una buena serie la hacen solo los fotógrafos. Cuidado, son verídicas y sin embargo mienten. Empiezas buscando la felicidad que te da conseguir una imagen única y bella, pero cuando te metes en el ajo te das cuenta que sin proyecto fotográfico no eres nadie

Dedicado a mi MARIBEL, por su apoyo.

CADA SEMANA UNAS FOTOS: ANTONIO GONZALEZ CARO



Formas distintas de interpretar, de percibir un mismo  proyecto fotográfico. Como bien dice Marcia Chumy, el espectador interpreta la fotografía desde su experiencia interna y proyectando en muchas ocasiones conflictos, carencias psicológicas, o recuerdos de experiencias positivas que lo marcaron.



Aunque en Hunting Shadows se nos cuenta una historia menor (la de un cazador y sus perros), lo importante es que magistral y paralelamente se consigue crear una atmósfera narrativa tan sugerente y sobrecogedora que hace trascender a dicha historia, yendo mucho más allá (infinitamente más) de lo que es su simple relato. Este proyecto no es una obra de reflexión universal sobre los pros o los contras de la caza realizada con galgos. No es un alegato animalista. No es ése su interés. No se desea juzgar.
Pero, atención, por otro lado la historia no evita en lo más mínimo la dureza: sangre, muerte, dolor y brutal esfuerzo físico no son obviados. Tampoco se realiza una alabanza ni una celebración de este tipo de prácticas. González no hace un héroe del cazador. No hace una apología mítica de los valores rurales y ancestrales como fórmula, como pasaporte para la justificación universal de esas prácticas. Ni una cosa ni la otra.
Lo más importante de este ensayo fotográfico es conseguir la traslación emocional del espectador al imaginario mental (lleno de misteriosas y turbadoras escenas) que el propio autor tiene a priori en la cabeza cuando se plantea contarnos una historia.
Texto: Jesús Micó.



Bueno...esa asepsia moral sobre la caza no deja de ser un enunciado lleno de deseos imposibles...como si la fuerza de las imágenes estuviera más allá de su contenido, de su descripción espacio-temporal. El sólo hecho de presentar el acto banal de la caza, como si de un registro documental de alta trascendencia se tratase, ya ponen las fotos en su lugar. Donde no hay denuncia, hay fascinación. 
Si hay algún arte aquí por parte del fotógrafo es la invención de una historia épica a partir de hechos ordinarios, la representación subliminada de costumbres decadentes, el uso manipulativo de la fotografía para representar lo inexistente en el terreno de lo imaginario. Y eso es toda una toma de postura, faltaría más.

Todos hacemos propaganda de nuestra forma de ver el mundo. La neutralidad no existe.
Texto: Jose Mari



































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