¡Bienvenidos!

LA FOTOGRAFÍA,

el arte de dibujar con la luz, es un ejercicio de observación y el resultado un golpe de suerte. Una buena foto la hace cualquier maquina; una buena serie la hacen solo los fotógrafos. Cuidado, son verídicas y sin embargo mienten. Empiezas buscando la felicidad que te da conseguir una imagen única y bella, pero cuando te metes en el ajo te das cuenta que sin proyecto fotográfico no eres nadie

Dedicado a mi MARIBEL, por su apoyo.

LEYENDO A JOSÉ RAMÓN SAN JOSÉ

2022/11/23

Si una imagen no sirve para abrir los ojos, y hasta los oídos, ¿para qué sirve?

¿Qué hacemos mirando fotografías, si no hay imágenes?





 Somos vanos perseguidores de fotografías vacías.

©Jose Ramón San José - Grand Central Station (NYc 1994)

La imagen transcurre en un lugar muy concurrido y conocido de la ciudad de Nueva York, la “Terminal Grand Central”, donde diariamente es utilizada o visitada por más de 500.000 personas. Un lugar con una curiosidad, el reloj del vestíbulo está adelantado un minuto, para dar un margen a los pasajeros al coger el tren.

Marc Augé definió un concepto, una idea, a la que denominó “no lugar”: “si un lugar puede definirse como un lugar de identidad, relacional o histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad, ni como relacional, ni como histórico, definirá un no lugar”. Son a la vez polaridades falsas; el lugar no queda nunca completamente borrado y el no lugar no se cumple totalmente.

Son lugares de tránsito, homogeneizados por la soledad y las prisas. Simples lugares que todos cruzamos, que habitamos y casi siempre olvidamos. Lo que se transita y no se habita. Un mundo donde se nace en la clínica y donde se muere en el hospital, donde se multiplican, en modalidades lujosas o inhumanas, los puntos de tránsito y las ocupaciones provisionales.  Dan ganas de gritar en ellos: ¿hay alguien?. No encontraríamos respuesta alguna, solo el eco de nuestra propia voz.

Solo la mirada del fotógrafo, la imagen que crea, reconstruyen otra realidad. Un no-lugar de Marc Augé, violentado por ese instante afectivo captado por la cámara. Instante mágico, ese entramado que todos buscamos para definir lo que es una buena imagen fotográfica. Ya sabemos que el escenario de una fotografia no es un lienzo en blanco, que está llena de elementos a ordenar, para no vislumbrar lo caótico. ¿Hay orden en esta imagen?: cada cosa en su sitio, nada en primer plano para no distraer al elemento focal, la pareja, con una actitud tan ajena e impropia a un “no lugar”. Siento y oigo el susurro de sus voces.

 

 

 




RELATOS ENTORNO A LO FOTOGRÁFICO: LAS IMÁGENES PASMAN Y ANESTESIAN

 2022/11/16

Sufrir es una cosa; las imágenes fotográficas del sufrimiento otra.

Una imagen de hace 50 años de la guerra de Vietnam, tomada por Nick Ut, se convirtió en una imagen definitoria de esa guerra y la oposición hacia ella. Una fotografía que trae noticias de una insospechada miseria solo puede hacer mella en la opinión púbica si hay un contexto adecuado de disposición y actitud; si existe una conciencia política relevante; si tiene la capacidad de convertirse en acontecimiento.




Hoy en día, estas imágenes no necesariamente fortifican la conciencia, ni la capacidad de compasión. Las fotografías impactan en cuanto que muestran algo novedoso; la novedad sorprende, la repetición desgasta.

Podíamos decir que la fotografía comprometida ha contribuido a adormecer la conciencia, tanto como a despertarla. La contundencia de una imagen, hoy en día, se torna pronto fría y abstracta como las cifras, tal como se demostró con la fotografía del niño Aylan en la playa turca de Bordum, tomada por Nilüfer Demir. 



El problema quizás, aparte de otros, no es tanto su publicación como su sobreexposición, su difusión descontrolada y obsesiva. La primera sirvió para concienciar y denunciar las guerras de potencias poderosas invadiendo países del tercer mundo; la segunda no pudo concienciar lo suficiente para convertirse en símbolo de las tragedias producidas por las crisis de refugiados de siglo XXI.


Bibliografía: Sobre la fotografia / Susang Sontag


LEYENDO A ADRIANA LESTIDO

 

"Trabajo mucho, pero no necesariamente haciendo fotos. Creo que el verdadero trabajo es estar en una actitud creativa, y eso es un trabajo duro, porque tiene que ver con lidiar con la propia oscuridad. Seria buenísimo que llegara el momento en que no necesitara hacer nada, no sacar una foto. Simplemente contemplar".


© Adriana Lestido

No se llega a la iluminación imaginando figuras luminosas, sino haciéndose conscientes desde la oscuridad. De la oscuridad nace una luz esplendorosa, que asoma una emoción contenida, simple, paciente… donde la protagonista simultáneamente abraza y se abraza a sí misma, haciendo visible un intenso lazo de comunicación sentimental. En contraste, de la oscuridad aparecen grises que nos muestran la soledad acompañada y cruda de los bares. Un recorrido visual por los estados anímicos.