"The Mainbocher Corset"
Es agosto de 1939 y estamos en París. La amenaza nazi flota en el ambiente y muchos empiezan a plantearse abandonar la “ciudad de la luz”. En su estudio, un reconocido fotógrafo de moda que trabaja para la edición francesa de Vogue, acaba de hacer su última foto antes de hacer las maletas y cruzar el Atlántico rumbo a Nueva York. No quiere marcharse, París es su casa, el centro mundial de la moda y de la alta costura. Su vida y la profesión que tanto ama están allí. Su nombre completo es Horst Paul Albert Bohrmann, y pasará a la historia de la fotografía con el nombre de Horst P. Horst. Antes había estudiado en la escuela de Artes comerciales de Hamburgo hasta que se mudó a París en 1930. En esa época sentía más atracción por temas como la arquitectura que por la fotografía. Horst no revolucionó el mundo de la fotografía de moda, pero lo perfeccionó con sus imágenes. El aspecto más característico de su trabajo es su concepción de la belleza.
Esa última foto es especial y que
se convertirá en una de las más famosas de la historia de la fotografía. La
publicación de la foto pilló a Horst viviendo ya en Estados Unidos. La imagen,
que sigue atrapando a muchos de los que la contemplamos se llama "The
Mainbocher Corset’" Está considerada la mejor fotografía de Horst; la más
perfecta, la más evocadora, la más elegantemente sensual. La imagen ha quedado
inevitablemente ligada al nombre del fotógrafo, tanto que fue la única elegida
para ilustrar la portada de su biografía ‘Horst, his work and his world’
(Horst, su trabajo y su mundo).
El poder hechizante de la imagen, que se conserva intacto 80 años después de haberse tomado, es fruto de la combinación sutil y nada azarosa de varios factores. Hay en ella una belleza atemporal, un equilibrio, una elegancia y un punto muy sutil de provocación. El dramatismo de la imagen, como ya hemos apuntando anteriormente, viene de la luz y de las sombras profundas que esta crea en lugares estratégicos. Y es que, en esa foto, pese a lo que pueda parecer, nada, absolutamente nada, está dejado al azar, y nada es tan natural ni sencillo como aparenta. Incluso al propio Horst le resultaba difícil explicarlo:
Horst trata el cuerpo de la
modelo como una escultura viva, y parece haber una recreación del estudio la
figura. La publicación pilló a Horst viviendo ya en Estados Unidos.
Más de 50 años después, la mayor
estrella pop del momento, la cantante Madonna reproducirá esta foto y
otras suyas en “Vogue”, un videoclip musical de la carrera de la artista. Cuando
el video se lanzó, Horst, que tenía ya 83 años