Viajo este fin de semana a uno de los
confines de la tierra andaluza, Huelva, con el fin de encontrarme con LATITUDES
2019, uno de los hechos culturales fotográficos más importantes de Andalucía,
en su décima edición. Nueve exposiciones presentes al mismo tiempo en diversos edificios y museos de la ciudad. Por ediciones anteriores han pasado algunos de los más
reputados fotógrafos del mundo.
Esta vez, esperaban las fotografías
de Pierre Gonnord, Alberto Shommer, Isabel Muñoz, Soledad Cordoba, las 25 fotografías
con historia… Y la sorpresa siempre aparece, y
esta es la que más satisfecho nos deja, por eso, por la sorpresa, por el regalo.
El conocimiento ni te lleva, ni te salva de las percepciones y mensajes a los que te lleva una fotografía, o una serie de ellas. El instinto es un medio mas simple, pero sin duda mas generoso y sincero. Si te manda algún mensaje: escúchalo.
El conocimiento ni te lleva, ni te salva de las percepciones y mensajes a los que te lleva una fotografía, o una serie de ellas. El instinto es un medio mas simple, pero sin duda mas generoso y sincero. Si te manda algún mensaje: escúchalo.
René Groebli, una de las figuras
más destacadas de la historia de la fotografía suiza durante la segunda mitad
del siglo XX, que une el romanticismo en la imagen con el aspecto visionario de
la técnica, del modernismo.
Nació en 1927 en Zurich. En
1945, estudia en la Escuela de Artes y Oficios de esta ciudad con Hans Finsler. En
1949 publica su primer libro Magie der Schiene (La magia del Rail), una estética
radical por su trabajo en el desenfoque y el grano de la imagen.
En 1954, su trabajo Das Auge der
Liebe (El ojo del amor), reúne fotografías de su esposa tomadas durante su luna
de miel, un año anterior ¡Esta es la sorpresa!.
Groebli, que por entonces se
dedicaba a la fotografía industrial y publicitaria, decidió documentar la luna
de miel. El resultado, ‘The Eye of Love’ (El ojo del amor), estremece: es una
de las colecciones más dulces y palpitantes de imágenes sobre la alquimia del
amor. Estaban casados desde 1951 pero la falta de dinero y el trabajo habían impedido la celebración privada del rito del viaje de bodas. Dos
años después pudieron irse a la capital francesa y, hospedados en una pensión
económica, se amaron como si fueran novios.
Groebli no ha querido envilecer
con figuraciones o conjeturas las fotos de aquella luna de miel. Se ha limitado
a constatar lo que las imágenes murmuran, la media voz, el bisbiseo, condición
primordial para el amor. Nunca elementos tan mudos compusieron un idioma tan cálido.
René Groebli retrata en el único
paisaje indispensable: los restos de la noche perpetuados en la orografía aún
tibia de las sábanas y el cobertor, la cama barata, el batín, los restos del desayuno compartido… En un hotel
barato de París, donde quizás no exista otro escenario posible, ni tampoco uno
más apto (el amor no requiere tarifas y se ennoblece con la pobreza), el suizo
Groebli, que tenía entonces 26 años, dictó una de las más hermosas lecciones de
fotografía de la historia.
Estas fotos son como una novela.
Mejor, como un poema. ¡Dejemos que nos hablen!“.
SEMANA 1/ABRIL /2019
No conocía a este autor, e igual que a ti, me ha fascinado. Siempre es un placer descubrir autores en estas páginas. Gracias.
ResponderEliminarMuy buena serie de un fotógrafo que no conocía; gracias por hacérmelo visible. Abrazos.
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