Los dragones lloran silenciosamente, vertiendo tristes lágrimas, infinitas lágrimas tristes, que hacen surcos en la tierra y caen al río y caen al mar y los ríos y los mares se encrespan y crecen y desbordan.
Entonces los dragones vuelan hasta lo más alto, para no llenar de lágrimas la tierra. Pero no resuelven nada, porque las lágrimas ahora son una inmensa lluvia que sigue mojando la tierra y llenando los mares.
Al final dejan de llorar. Nunca se sabe por qué. Son cosas de dragones.
Texto: Llanto de Dragón / Gustavo
Roldán.
¿a quien pertenece la sombra?
¿a la luz?
¿a la persona que representa?
¿condenados a caminar juntos y
entenderse eternamente?
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