2021/03/09
"Durante la década de 1920, la razón por la que fotografié las
plantas era que tenía tres hijos menores de 4 años a los que cuidar, así
que me recluí en casa. Tenía un jardín y fotografiaba a mis hijos en casa. Más
tarde, cuando ya me liberé de esas tareas, fue cuando pude hacer otras
cosas"
Sin duda hay un placer en considerar
el buen ensamblaje de las piezas, bien articuladas, bien trabadas, en un
conjunto que resulta adecuado.
La apreciación es un placer de la
inteligencia. La admiración lo es de la emoción.
Entre la apreciación y la
admiración hay un salto, un cambio de registro, que se sitúa en la mirada, que
no pertenece a la capacidad de juzgar, sino a la sensación de que algo nos
sobrepasa.
Texto: Chantal Maillard
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