“hay veces que los paisajes horizontales me sugieren
banderas, estas sí, de patria local; con sus colores, su brevedad, sus texturas
y sus fronteras. Bandas de color con ritmo en la textura... pues un apátrida,
no acaba nunca de entender eso de las banderas y las fronteras... y ya una
simple sonrisa, puede ser un país independiente con sí misma como bandera” (Juanfran Cabrera)
Hay un debate psicológico sobre las imágenes que plantean el dilema complejidad/simplicidad. Todo parte de los psicólogos de la Gestalt y la ley del "cierre de la forma". Al parecer el cerebro, según esta teoría, busca completar figuras incompletas. Pero a su vez al contrario, el "efecto Zeigarnik", propuesto en 1927 por la soviética Bluma Zeigarnik, nos dice que aquellas tareas cognitivas que son interrumpidas antes de ser completadas se recuerdan mejor que las que quedan resueltas.
Puedo traer aquí a Martín Parr y mencionar su trabajo The Last Resort, que también tiene que ver con este debate de
complejidad/simplicidad. Siempre me han sorprendido las fotografías de este
trabajo fotográfico, que ante un aparente caos visual de la escena, sin embargo todo está
perfectamente ordenado, como si todos los personajes que aparecen allí se
hubieran colocado, donde están, ex proceso. Y esto es muy complejo: conseguir
una complejidad bien resuelta, que la traslade a dotarla de un aura de
simplicidad.
Pues bien, con esta imagen de Juanfran Cabrera siento
algo parecido. Un paisaje, que pudiera ser una composición caótica, queda convertido en algo
ordenado, donde la simplicidad queda plasmada como ejemplo y podemos decir que
nos queda convertida en una imagen de la "esencia".
¿Sería esta una imagen ambigua
por, según mi opinión, estar resuelta la tensión cognitiva y emocional?
¿O no está resuelta esta tensión,
al estar preguntándome continuamente, el cómo ha conseguido el autor resolver
este orden?
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