¡Bienvenidos!

LA FOTOGRAFÍA,

el arte de dibujar con la luz, es un ejercicio de observación y el resultado un golpe de suerte. Una buena foto la hace cualquier maquina; una buena serie la hacen solo los fotógrafos. Cuidado, son verídicas y sin embargo mienten. Empiezas buscando la felicidad que te da conseguir una imagen única y bella, pero cuando te metes en el ajo te das cuenta que sin proyecto fotográfico no eres nadie

Dedicado a mi MARIBEL, por su apoyo.

PROYECTO FOTOGRAFICO: NIKI BOON

Un proyecto fotografico, un proyecto de vida...



En 1907, cuando Rudolf Steiner publicó su ensayo La educación a la luz de la Ciencia Espiritual, este titular sólo habría podido ser la puerta a un mundo imaginario, un título de un cuento futurista o un absurdo.

Aquella idea de alumbrar una nueva educación alternativa e independiente se convirtió en una realidad en 1919, cuando se creó la primera escuela Waldorf. Los pilares ideológicos de este tipo de enseñanza no han dejado de expandirse entre padres que no quieren imaginar a sus hijos pegados a una silla y un pupitre, memorizando información a menudo sesgada y poco necesaria para entrar en una carrera de fondo por ser el mejor de la clase. Son los padres que no creen que un número del 1 al 10 sirva para que sus hijos se hagan una idea de sí mismos; de su mayor o menor inteligencia y de su mayor o menor valía. La creatividad y el arte, mientras, castigados en un rincón.















Niki Boon acababa de dejar la fisioterapia para dedicarse plenamente a educar a sus hijos en Marlborough, al sur de Nueva Zelanda. Su marido aún se dedica a las finanzas. Junto con sus cuatro hijos, viven en una casa de madera dentro de una propiedad de diez acres. De ahí que las fotos de sus hijos evoquen una vida plenamente campestre, aunque no sea del todo así.
No sólo no escolarizaron a sus hijos, sino que alentados por las ideas de Steiner, decidieron alejarlos de la televisión, de internet, de móviles y ordenadores. «No les hemos prohibido estrictamente que usen los aparatos electrónicos y no nos parece mal si quieren jugar con los ordenadores de sus amigos, pero hablamos con ellos de los beneficios de limitar su uso y a menudo también hablamos sobre por qué no los tenemos en casa. Los disfrutan cuando tienen acceso a ellos en las casas de sus amigos, pero ellos nunca llegan a casa preguntando por nada de eso», explica Niki Boon.  
Esta fotógrafa autodidacta, empezó a documentar cómo vivían. «Me parece que fue después de decidir educarlos de una manera alternativa cuando el hecho de documentar su infancia tomó un nuevo significado para mí», recuerda.
A la fotógrafa poco le interesan los colores. Por eso ha elegido el blanco y negro para las fotos que protagonizan sus cuatro hijos. El blanco y negro le permite ver la luz de un modo diferente que le ayuda a centrarse más en la dirección y en la calidad de la luz que en los colores. «Encuentro la interacción entre la luz y la sombra más interesante que las relaciones entre los colores», aclara.

Lo que Boon quería era explorar la infancia desde todas las perspectivas posibles y entender lo que era ser niño y crecer. «Por esta razón, decidí también enseñar las imágenes que mostrasen la soledad de la infancia, el dolor que también se experimenta. No quise evitar los aspectos menos felices de ese viaje». 





































































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