Koldo Chamorro
Victoria 1949 – Pamplona 2009
Lo visible hace la forma; lo invisible le da su valor
Lao-Tse, Tao-te Ching
El Santo Chisto Ibérico explora ciertas liturgias católicas
ancladas en la noche de los tiempos, utilizando la cruz como un elemento
distintivo y unificador de todas ellas. Son imágenes documentales, pero
tremendamente introspectivas que sondean las profundidades emocionales que
generan los símbolos, los gestos, el misterio. No hay un cuestionamiento de la
fe.
Podía pensarse en su momento, que
eran la documentación de la futura desaparición de rituales religiosos,
romerías, procesiones… pero nada más alejado de la realidad, pues hoy en día se
ha apuntalado su vigencia, aunque convertidas es fiestas masificadas y
mercantilizadas.
Koldo Chamorro no dejó nunca de
perseguir a Eugene Smith; perseguir esa consciencia de narrarse al narrar al
otro.
La cruz es un elemento
compositivo de tentación evidente y se presta a un juego formal, a una trampa
para el ojo de quien se presta al juego y que termina aunque sea pequeña, no
dejando ver el bosque. La cruz de Koldo Chamorro es omnipresente y evidente
personaje protagonista; pero el ejercicio documental de Koldo, muestra sin
embargo lo que el ojo cotidianamente no descifra o no ve.
La cruz sirve de plantilla de
lectura para desarrollar una gramática que ayude a guiar y comprender.
Koldo Chamorro es uno de los
llamados jinetes del Apocalipsis, que eran Fernando Herráez, Ramon Zabalza,
Cristina García Rodero y Cristóbal Hara
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