¡Bienvenidos!

LA FOTOGRAFÍA,

el arte de dibujar con la luz, es un ejercicio de observación y el resultado un golpe de suerte. Una buena foto la hace cualquier maquina; una buena serie la hacen solo los fotógrafos. Cuidado, son verídicas y sin embargo mienten. Empiezas buscando la felicidad que te da conseguir una imagen única y bella, pero cuando te metes en el ajo te das cuenta que sin proyecto fotográfico no eres nadie

Dedicado a mi MARIBEL, por su apoyo.

FOTOGRAFIAS ICÓNICAS: MICHAEL EASTMAN

 2021/12/02

Hay fotografías que uno se detiene y… se va. Pero vuelves. Vuelves pues ha ocupado una parte de tu imaginario recuerdo fotográfico; una persistencia en él.



La tenia archivada, descolocada en la carpeta de los trabajos de Wim Winders. No me resultó extraño que estuviera confinada en ella, pues recuerda a obras del mencionado fotógrafo y director de cine alemán. Vino bien, sacarla de su lugar equivocado, pues se disputaba el privilegio de ser la favorita, en confrontación con esta otra fotografía, que por cierto fascina a Leire Etxazarra.


“Lounge Painting 1” – Wim Winders


Pero volvamos a la fotografía que trasladé oportunamente a la carpeta de Michael Eastman, fotógrafo norteamericano (1947), que pertenece a esa estirpe de fotógrafos influenciados por el New Color y la tradición paisajista de California. Tres elementos componen la imagen, como tres anuncios en la carretera. Y nada más que perturbe distracciones en la imagen.

Un primer vehículo, curiosamente ataviado que le da una forma amorfa, que si fuera una persona podríamos decir que asexuada. No se adivina claramente determinar su parte delantera o trasera. Deducimos que tiene un dueño, meticuloso y cuidadoso de sus cosas.

Detrás una furgoneta, que casi forma parte del decorado de la pared del fondo que reclama solemnemente la medalla de oro para una harina y nos interpela: ¿Por qué no ahora?

La pared  evidencia por si sola un espacio de silencio y por ello nos induce a querer adivinar qué se esconde detrás de ella. Un espacio de silencio dotado de misterio. La soledad, como si fuera la humedad, se siente; un canalón por donde el mar se desagua.

Faltaba satisfacer mi curiosidad acezante de buscar su localización a través de las imágenes de Street View. Solo había una pista: el cartel de la línea del autobús dibujado en la pared:

34º 58´ 17.18” N / 120º 34´21-93” O  //  Guadalupe, California, EE.UU. 

 



 ¿Y qué se escondía tras del muro?







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