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LA FOTOGRAFÍA,

el arte de dibujar con la luz, es un ejercicio de observación y el resultado un golpe de suerte. Una buena foto la hace cualquier maquina; una buena serie la hacen solo los fotógrafos. Cuidado, son verídicas y sin embargo mienten. Empiezas buscando la felicidad que te da conseguir una imagen única y bella, pero cuando te metes en el ajo te das cuenta que sin proyecto fotográfico no eres nadie

Dedicado a mi MARIBEL, por su apoyo.

FOTOGRAFIAS ICÓNICAS: SOFIA MORO

 2024/10/20


Shaujja Graham

SOFIA MORO (1966 -       )



“Nosotros los que creemos en la libertad, no podemos descansar. Nosotros los que creemos en la libertad, no podemos descansar hasta conseguirlo. Hasta que el asesinato de los negros, hijos de madres negras sea tan importante como el asesinato de los blancos, hijos de madres blancas”

- Canción de Ella -


El enfermo ojo del fotógrafo quiere arrancar de la realidad aquello que más se parece a las voces que se oye en su cabeza. Para hablar en primera persona necesita que otros den la cara. Esta imagen fotográfica forma parte del trabajo de Sofía Moro sobre presos condenados injustamente y que pasaron por los corredores de la muerte de cárceles de EE.UU. El mismo gobierno que antes se gastó millones tratando de ejecutarlos, luego los deja libres sin ofrecerles ninguna ayuda, ninguna restitución o apoyo psicológico o financiero.

En su ensayo “Reflexiones sobre la guillotina”, Albert Camus cuenta una anécdota sobre su padre que su madre le relató. Unos meses antes de irse al frente, del que no volvería jamás, hubo un suceso que conmocionó a la ciudad de Argel. Un hombre asesinó a una familia de agricultores, incluidos sus dos hijos pequeños. El autor fue condenado a muerte. El padre de Camus se sintió especialmente indignado por el horrendo crimen y, como mucha gente, quiso presenciar el castigo de aquel monstruo. No fue ni el morbo, ni la sed de sangre lo que le empujaron a presenciar la ejecución pública, sino la necesidad de ver restablecida la justicia ultrajada.

Cuando llegó el día de la ejecución, de lo que vio aquel día, nunca habló con nadie. La madre de Camus solo contaba que volvió a casa mudo y con el rostro desencajado. Después se tumbó en la cama y, súbitamente empezó a vomitar. Se negó a hablar de lo que había visto aquel día. Camus escribió, años después, que cuando la pena máxima, establecida para proteger a la población, provoca la náusea en un hombre recto y sencillo como su padre, resulta difícil creer que esta pena esté destinada a aportar orden y justicia para la sociedad, El vómito de su padre revelaba lo indignante de la guillotina y, como una ejecución, lejos de reparar ofensas, agrega una nueva a la primera.


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