¿Perspectiva o perspicacia? Ha
quedado demostrado que un espectador, dependiendo de si es zurdo o diestro,
alto o bajo, analítico o impetuoso, y un sinfín de condicionantes perceptivos
diferentes, tendrá inclinación por mirar hacia un punto en concreto de la
composición visual, u otro completamente diferente, en función de todas esas
restricciones ostensibles. Es pues, tarea del director de fotografía, dominar
esta multi-perspectiva empírica y dirigirla hacia un punto determinado y
concordante en función de sus intereses y los de la narrativa. Para esta labor,
los profesionales de la imagen establecerán una compleja serie de líneas,
explícitas o tácitas, que se junten en un lugar específico: punto de fuga.
Estas líneas nos harán dilucidar un objeto o acción imprescindible para el
desarrollo o desenlace de la trama y, lo que es más importante, serán lo
suficientemente sutiles como para que pensemos que, semejante hallazgo, ha sido
fruto exclusivo de nuestra asombrosa capacidad de observación y deducción. Por lo
tanto, si existe un elemento determinante en el proceso de transmisión del
mensaje y en el entramado narrativo de toda película, ese es el director de
fotografía.
(Alberto Saez Villarino)
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