2024/05/30
La mirada de Boris Savelev (Chernivtsi,
Ucrania, 1947) se formó en la Unión Soviética en la década de 1970, como parte
de un grupo de fotógrafos que trabajaban de forma independiente, fuera del
sindicato oficial de fotógrafos. Savelev
fue el primer fotógrafo no oficial que vio publicada su obra fuera de Rusia
(Secret City, Londres: Thames and Hudson, 1988).
Es un convencido de que el poder
de su disciplina reside en la luz, capaz de convertir lo trivial en
extraordinario, captar momentos sencillos que revelen, sin embargo, complejidad
poética en relación con las experiencias humanas compartidas; huye de lo
espectacular y le interesa lo sutil. Sus imágenes son de un realismo lleno
de melancolía, de combinaciones dramáticas de luz, sombras y planos inesperados,
y de una apariencia tétrica.
En sus inicios utilizaba la película
Orwachrome. La mala calidad de esta y los problemas adicionales de la
reproducción litográfica no consiguieron captar la complejidad y densidad que
el artista deseaba. En 1987 descubrió la película Kodachrome que utilizó a
partir de ese momento. En los años siguientes, la mayor parte de la obra de
Boris Savelev ha sido una investigación sobre la fotografía en color. Desde
1995, la mayoría de sus imágenes se han capturado digitalmente.
La gran complejidad y el ligero
relieve superficial que caracteriza gran parte de sus impresiones es el
resultado de un método único, en el que la imagen se imprime en múltiples capas
sobre una base de gesso como el usado en la pintura tradicional. Es
precisamente en los talleres de Factum Arte donde se desarrolló este
procedimiento.
El trabajo de Savelev no es muy
conocido actualmente porque no muestra su trabajo en redes sociales. Y por lo
visto tampoco le interesa.