Un fotógrafo puede
efectuar un recorrido por un entorno concreto, y sus inquietudes le llevaran a plantearse buscar
un motivo a fotografiar entre el paisaje, espacio, construcción, naturaleza,
objeto, animal, persona… Y este
recorrido, puede llevarlo por distintos
trayectos fotográficos desde la percepción, la equivalencia, nueva visión,
objetividad, abstracción apercepción, realismo mágico, indiferencia…
radicalmente dispares.
Si el fotógrafo
no informa explícitamente del origen teórico de la toma, es complicado que el
espectador pueda reconocer si una imagen ha sido registrada en base a la
apercepción o la equivalencia, entre otras combinaciones. Quizás con alguna de
ellas sea más reconocible, pero siempre habrá algún punto de duda a ese
respecto.
Lo importante
no reside en conocer ese origen, sino en apreciar que un motivo de la realidad
ha sido fotografiado por un autor concreto, desde un mismo principio en una serie
de fotografías. Es desde estas constantes donde se puede apreciar ese algo
indescifrable que hace que se reconozca la mirada personal de un fotógrafo concreto.
Decidir es definirse, y cada definición concluye en un resultado concreto. Encauzar
el recorrido en uno sólo de esos caminos, implica registrar unas imágenes y no
otras.
Si ese proceder
se complementa con una estética visual reconocible, se puede obtener la identificación
de una forma de ver y de registrar la realidad; reconocer un estilo como camino
hacia un universo creativo propio.
Fuente: Llorenç
Raich Muñoz- Poética Fotográfica
Fotografia de
Nancy Borowick, perteneciente al trabajo Cancer Family
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